Los estándares de belleza
Perfectos, altos, cabello abundante, dientes blancos, labios carnosos, delgados, músculos marcados, piel sedosa, sin defectos. Así es como la sociedad quiere hacernos creer que debemos ser todos. Los estándares de belleza cada vez nos empujan a desear la perfección, pero nos preguntamos, ¿hasta que punto es aceptable?
Aparentemente esta presión se ejerce en su mayoría sobre las mujeres. Son empujadas a tener las medidas perfectas, una piel sin marcas y un cabello sedoso. Sin embargo, los hombres también son presionados a ser versiones humanas de los Dioses griegos. Y puedes llegar a pensar que estamos señalando un estilo de vida saludable, con alimentación sana y ejercicios para lograr cuerpos bonitos y atléticos. Pero no se trata de eso. Criticamos abiertamente cuando las grandes marcas, de cualquier sector, dan a entender que, si no tienes características perfectas, no encajas.
La presión de la sociedad
Las presiones que impone la sociedad se han incrementado, producto de la globalización, del alcance de los medios de comunicación digitales y la importancia que ganaron las redes sociales. La tendencia es mostrar una vida envidiable, un cuerpo perfecto y el mejor rostro, para así conseguir la mayor cantidad de seguidores y likes, alimentando el ego de todos.
El resultado de toda esta presión, es una sociedad llena de complejos e inseguridades. Los complejos encierran emociones e ideas reprimidas, asociadas a las experiencias de la persona. Estas ideas inconscientes perturban el comportamiento del sujeto e influyen sobre su personalidad y por lo tanto en su comportamiento. Por ejemplo, una persona que esta acomplejada con su cuerpo, evita ir a la playa, aunque le encante el mar, en el caso de las personas que sufren de alopecia, evitan socializar en general, por temor a ser objeto de burlas.
En el fondo, todos tenemos complejos, sin embargo, la clave es tratar los traumas que los producen y superar poco a poco los temores hasta sentirnos libres. Sabemos que la presión es cada vez es más grave, más fuerte, más tangible, no solo por el mundo y el consumismo, sino también por nuestro entorno más cercano, amigos, familiares y compañeros de trabajo, que nos revisan de arriba abajo y aunque las personas que nos quieran, no van a criticarnos, siempre nos encontraremos con el “chistoso” que nos pregunte por qué estamos calvos tan jóvenes o que han notado que subimos de peso.
Cómo afrontar los complejos
Lo que podemos recomendarte, es que, si quieres ser una persona consciente que no se deja controlar por sus complejos, lo primero que debes hacer es explorar el origen de éstos y determinar si tienen solución. A veces, es difícil evitar que salgan a relucir, pero sí les puedes restar importancia y, por lo tanto, no dedicar tanto tiempo de tu vida a lidiar con ellos.
Evita la negatividad, no te sientas amenazado, culpado o etiquetado por ser de alguna manera. A veces parece que todo está confabulado para hacerte sentir inferior pero no es así. Si tu controlas tu existencia, nada ni nadie te puede tirar al suelo. Recupera la confianza en ti mismo. Si hay algo de ti que no te gusta y puedes cambiarlo, hazlo, pero sólo porque mejorar ese aspecto te hará sentir bien contigo mismo. Es muy importante que tú te aceptes tal cual eres, tu autoestima es algo que debes cuidar siempre. Busca primero agradarte a ti y por último a los demás.
Si quieres cambiar, revisa primero si es totalmente necesario, es posible que eso que te está causando un complejo, en realidad no es tan grave. Es mejor que dediques tiempo a proponerte a cambiar y buscar las mejores soluciones, que sentirte mal y cumplir con esos estándares de belleza. Si sufres de algún complejo por tener alopecia, como lo hemos mencionado en otras ocasiones, en primer lugar, debes considerar si realmente representa un problema para tu autoestima. De ser así, entonces platea cuáles son las opciones que tienes, para determinar cuál es la que más se adapta a tus necesidades y estilo de vida, pero buscando siempre tu mejor versión para agradarte a ti mismo. Recuperar tu confianza es solo cuestión de decisión, constancia y dar el paso definitivo. ¡Arriba ese ánimo!